AÑADA CLIMATOLÓGICA
Veníamos de una cosecha de baja producción marcada por la helada del 28 de abril de 2017, que obligó a realizar unas complicadas labores para poder paliar sus efectos. El invierno fue frío con nevadas y temperaturas puntas muy bajas. El principio de la primavera también fue frío, especialmente febrero y marzo. Llovió mucho a final de invierno y durante toda la primavera. Con humedad suficiente, la viña brotó bien en las fechas habituales de finales de abril, en La Horra sobre el día 23.
Las noches del 30 de abril y especialmente la del 13 de mayo se produjeron heladas que hicieron daños moderados. A final de junio subieron las temperaturas y tanto el número de racimos como el cuajado auguraban una cosecha abundante. Los viñedos viejos tenían un buen equilibrio. El verano fue frío y seco, ero la viña contaba con buenas reservas de agua en el suelo. En el inicio del otoño hizo más calor de lo habitual.
La maduración fue muy buena en los viñedos viejos, con producciones equilibradas y se dilató más en el tiempo en las viñas que tenían más carga. La vendimia comenzó el 21 de septiembre y se alargó hasta el 16 de octubre. La cosecha 2018 se puede definir como una añada fría y lluviosa, de vinos más ligeros, muy aromáticos, expresivos y frutales, con una frescura sobresaliente.
Zona de producción:
D.O. Ribera del Duero
Variedades:
100% Tinta del País (Tempranillo)
Viñas:
Pequeñas parcelas en La Horra, Roa y pueblos colindantes (Burgos). Cepas en vaso.
Edad:
Viñas de 70 años de media
Vendimia:
Manual con mesa de selección
Elaboración:
Fermentación alcohólica espontánea en tinas de roble francés, seguida por fermentación maloláctica en barrica.
Crianza:
16 meses en barrica, 80% roble francés y 20% roble americano.
Estabilización:
Por métodos naturales
Clarificación:
Albúmina de huevo.
Grado alcohólico:
14,5% Vol.
Presentación:
Cajas de madera de 6 botellas
Formato:
Botellas de 50 cl, 75 cl, 1,5 l, 3 l y 6 l
Color:
Tiene muy buena intensidad, con el fondo del color de la cereza picota oscura y el ribete rojo oscuro.
Nariz:
Sutil, delicadísima y fina, con muchas notas frutales, con tanta armonía que es difícil superarlas. Destacan la ciruela, la mora, la cereza y la guinda, incluido el hueso. La madera está impecablemente ensamblada y está sujetando las sensaciones del paisaje, pero siempre en un segundo plano.
Boca:
Tiene buen volumen, pero resulta liviano, largo y delicado, con mucha sensación frutal. El tanino es perfecto, fino y fresco. Aparecen las sensaciones minerales del suelo calizo y el paisaje de las plantas aromáticas en el pinar. El conjunto es el de un vino muy bien terminado. La añada, lluviosa y fresca, deja su impronta de elegancia a raudales.
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